
¿Por qué es tan malo el tabaco?
Que fumar resulta nocivo para la salud es algo que la medicina lleva muchos años diciendo, pero ¿qué contienen los cigarrillos, que hacen que resulten tan malos? Pues nada menos que todo esto:
Nicotina. Se absorbe inmediatamente por la sangre y en menos de 10 segundos llega al cerebro, que comienza a producir Dopamina y nos produce sensación de bienestar. Cuando dejamos de fumar e interrumpimos este proceso, nuestro organismo lo acusa y sufrimos el síndrome de abstinencia.
Alquitrán. Aquí se engloban numerosas sustancias químicas presentes en el humo de los cigarrillos, que se depositan en los pulmones y provocan lesiones. Además de amarillear los dientes y los dedos de los fumadores
Monóxido de carbono. Gas venenoso que, al llegar a la sangre, se mezcla con la hemoglobina obstaculizando el transporte de oxígeno a través del organismo, en niveles que pueden alcanzar hasta el 15%.
Gas cianhídrico. Otro gas venenoso que también reduce la capacidad de transportar el oxígeno por nuestro organismo. Facilita el deterioro de las células de los tejidos y puede terminar generando tumores.
Amonio. Sustancia que se usa para potenciar el efecto de la nicotina. Acelera la dispersión de los cristales de nicotina para conseguir que sea absorbida por el organismo mucho más rápidamente.
Piridina. Es una sustancia que actúa como un depresor del sistema nervioso central. El famoso “relax” que supuestamente produce el fumar, pero que en realidad es un efecto que potencia su adicción.
Azúcar. Aproximadamente el 3% del peso de un cigarrillo corresponde al azúcar, que al arder produce Acetaldehído, un compuesto químico que favorece que la nicotina sea mucho más adictiva.
Cacao. Al arder produce Teobromina, un potenciador de la dilatación de las vías respiratorias. Así el humo llega antes a los pulmones y sus efectos son más rápidos.
Chocolate, miel, regaliz… Se usan distintos aromatizantes que ocultan el sabor amargo de la nicotina. El sabor dulce hace que el cigarrillo sea más agradable para el fumador y en consecuencia más adictivo.
Menta. El humo caliente que se inhala al fumar tiene un efecto abrasivo sobre la garganta, el mentol provoca un adormecimiento que anula la irritación evitando que nuestro organismo reaccione a la agresión.